La educación es la única garantía de la igualdad de oportunidades y debe ser pública, gratuita, universal y obligatoria. Se debe replantear el objetivo originario de ser sostén de la construcción del Estado Nacional y hacer de la educación la base de la generación de una ciudadanía emancipada y solidariamente integrada. Esta concepción implica una doble prioridad: la educación de las nuevas generaciones y el enriquecimiento de las generaciones de adultos que constituyen su entorno.
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